Un bromista y treinta cuentos.
Le hace la guerra al intelecto.
Tintas van y tintas vienen,
musas vivas se entretienen.
Orozco, el hombre del silencio
Su alma empoderada lucha entre espadas
Él reanima las miradas,
y entre vinos traduce el pensamiento,
en rimas, en palabras.
Un estandarte aquí está claro,
los amores le han tocado,
con espinas los ha arado;
en su vida son su agrado.
Muchas hojas han sido testigos
de su tórrido idilio
y escondidas entre un libro,
pronto verán la luz en un suspiro.
Semblanzas del Alma, coming soom…
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